Muchos de nosotros seguimos buscando la respuesta a este tipo de retos, pero usualmente es de la forma equivocada. Seguimos buscando información y tips fantásticos acerca de cómo lograr las cosas, como si lo único que nos faltara fueran las formulas mágicas para obtener lo que queremos. Pues bien, si eres tú uno de ellos, te va a interesar lo que te comento.
Daniel Goleman, psicólogo estadounidense, en su libro La práctica de la inteligencia emocional nos habla acerca de cuáles son realmente los factores decisivos para que alguien tenga éxito. Muy por el contrario a lo que opina mucha gente, no son las habilidades técnicas las que nos llevan al éxito, sino que son las «habilidades portátiles» o «inteligencia emocional» la que nos lo asegura. Dentro de estas habilidades, las más importantes son aquellas que se relacionan con la autorregulación: me refiero a la responsabilidad, la influencia y las habilidades sociales. Todas ellas son lo que, en algún momento, hemos denominado como carácter o actitudes y ahora Goleman lo renombra como cociente emocional.
En realidad, lo que ocurre es que la información o conocimiento técnico que tengas sobre una materia o especialidad solo representa el 15% de lo que te asegura el éxito, mientras que el cociente emocional conforma el 85%. Más aún, investigaciones realizadas demuestran que el coeficiente intelectual solo predice entre el 4 y el 10% del éxito de las personas. Puedes tener mucho contenido pero si tu actitud apesta, sino sabes trabajar en equipo, y si dejas que la cólera se apodere de ti cada tercer día; entonces no te va a servir de nada todo lo que puedas haber aprendido.
Por esa razón, puedes ver muchos casos de personas que fueron a la misma escuela, tuvieron la misma preparación, fueron al mismo taller; sin embargo, no tienen los mismos resultados: una tiene éxito y la otra no. La diferencia está en ¡la actitud!
Si no estás alcanzando tus metas o el éxito que quieres, mírate y fíjate cómo está tu cociente emocional. Hay muchas formas de comenzar a trabajar en él, pero lo primero es estar dispuesto a aprender y a hacer cosas distintas. Entonces, si has tomado conciencia de ello, este es el momento de hacerlo: ponte en marcha, decídete e invierte en tu actitud.